martes, 6 de diciembre de 2016

UN MONSTRUO VIENE A VERME (2016)
























A la sombra del Rey Midas de Hollywood, el español J. A. Bayona intenta emular con sus films al gran creador de ilusiones Steven Spielberg, y en esta especialmente, ya que su temática fantástica se presta, junto a unos ambiciosos efectos especiales que acompañan la gran carrera del judío estadounidense director, a las comparaciones. Si ya con Lo Imposible comenzó la fama del director más comercial dentro y fuera del panorama actual español, consiguiendo estar en boca de todo el mundo, para los que nos consideramos verdaderos amantes del Cine, vemos las carencias que posee tanto una como la otra, sin incluir en esta lista a su opera prima El Orfanato, con la que llegó a triunfar en los Goya y que es un film de lo mejor del Cine Español de terror. Sus errores siguen siendo idénticos, la falta de una historia solida y con un recorrido mucho más extenso y profundo incapaz de traspasar la espectacularidad y el efectismo con la que se envuelve todo.



En particular, resulta muy infantil, cargada de fantasía e imaginación no logra meter al publico de la sala en el bolsillo, empleando lo más fácil se olvida de lo más obvio, los sentimientos, alargando tremendamente una historia bonita y llena de magia combinada con cruda realidad para centrarse en el mundo interior del niño y descuidando la relación entre madre e hijo que termina por ser secundaria y solo en los últimos minutos, asestarte un duro golpe, frió y amargo, con el que nadie será incapaz de reaccionar, tanto a los que hemos pasado por esa realidad como para aquellos que nunca lo vivieron.

Su final, tan tierno como hiriente, tan certero como increíble, es sin duda lo mejor de toda la cinta, junto a los maravillosos y creíbles efectos visuales y los momentos de animación que son realmente impresionantes. Debería plantearse seriamente dirigir este subgénero pese a lo enfrascado que estará en la secuela de la mega producción Jurassic World que va a dirigir y que se estrenará en 2018, otro handicap más que acrecentará para algunos su leyenda y que para otros lo alejará de la profesionalidad de su opera prima, pero que sin duda es un gran triunfador y hay que reconocer su merito y valía.



El mayor problema esta en que la trama del niño y sus evasivas historias con el árbol-monstruo que lo visita en determinada hora haciéndose pesadas y algo aburridas, teniendo al espectador poco motivado y metido en la historia, esperando el gran momento en que deba afrontar la realidad que esta viviendo, eso quizás le resta seriedad y realismo a la cinta, olvidándose del tema principal que son los momentos terribles que vive el protagonista en una de las etapas más difíciles de su vida. Una gran maquinaria al servicio de la técnica (impecable) que falla en lo cotidiano y natural, dejándola en algo vacuo que solo consigue remontar con un devastador final.



En cuanto, a los actores ha intentado repetir como en sus dos films anteriores, con niños/adolescentes, centrando excesívamente la atención en alguien con poca experiencia y dejando atrás grandes pesos pesados como Weaver o Jones que para mi gusto están muy desaprovechadas, sobretodo la primera que es todo un lujo volverla a ver en cine tras sus legendarios papeles en Alien, Armas de Mujer o Gorilas en la Niebla.

Fotografía y Dirección Artística inmejorables y su BSO te atrapa y te mete en la historia, ayudando al épico relato que nos cuenta el monstruo, pero me gustaría destacar el tema principal de uno de mis grupos favoritos, Keane, toda una maravilla que podría llevarlos al Oscar, al igual que ya lo hiciera con Watts y su increíble interpretación en Lo Imposible.




NOTA PERSONAL: 5 ** PASABLE