viernes, 22 de febrero de 2019

¿PODRÁS PERDONARME ALGÚN DÍA? (2018)


Lamentablemente esta cinta quedó a las puertas seguramente de entrar en la terna de las mejores películas del año y es una pena porque merecía estar entre las mejores. Cuenta una historia real de una escritora de biografías que tuvo una de ellas entre la lista de más vendidas en los 80 y que ya no volvió a tener otro éxito igual y tan solo publicó la de Tallulah Bankhead, la aclamada actriz de la obra maestra Naufragos de Hitchcock, la de la columnista de cotilleos Dorothy Kilgallen que es con la que alcanzó su único éxito y posteriormente la de la magnate de los cosméticos Estée Lauder. Como curiosidad también fue la única que se entrevistó con Katherine Hepburn tras la muerte de su amado Spencer Tracy.

Pero la precariedad en la que vive le hace subsistir de una forma bastante picara suplantando la personalidad de famosos escritores ya fallecidos copiando o reproduciendo nuevas misivas que luego venderá como reliquias a los bibliotecarios ávidos de excéntricos coleccionistas que pagarán fortunas por una carta de su escritor fetiche.



La cinta comienza muy Woody Allen tanto en su ambientación en un ensoñador New York de principios de los 90, recorriendo todas las librerías donde dará rienda suelta Lee Israel su pillería, así como las situaciones algo surrealistas por lo cómicas que resultan, siempre llevado con el peso de una actriz enorme, nunca mejor dicho, que con este papel y con la nominación conseguida se consagra como una maravillosa actriz, no solo cómica sino también dramática. Melissa McCarthy, nos ofrece un papelón digno de ser premiado con el Oscar. Sus caras y las sutilezas en su rostro poco agraciado y desaliñado están combinadas con frases y agudeza verbal dignas de ser enmarcadas y su vis cómico-dramática se ve acrecentada en cada una de las situaciones a la que se ve, sin casi desearlo, expuesta en esa espiral de falsificaciones a cada cual más divertida.



Sola, sin pareja, entrada ya en edad, con su gata y viendo películas clásicas, La Loba de la gran Bette Davis, Lee encontrará en el camino del alcoholismo, al que también está abocada, a otro escritor de medio pelo inglés que encarna y se combina perfectamente con ella Richard E. Grant, el eterno secundario, el cual también ha obtenido la nominación. Juntos entrarán en una divertida aventura de engaños que no podrán parar, llevados por la desesperación y el final de sus carreras, cuando el hambre más aprieta y en su caso la sed, emprendiendo una serie de disparatadas jugarretas como si de dos niños se tratará.



La directora ya despuntó con su opera prima en 2015, una divertida comedia teenager que ya ganó varios premios independientes, El Diario de una Adolescente, y eso lo traslada aquí convirtiéndose en una potente directora capaz de nadar entre ambos géneros, tanto la comedia más sofisticada y exquisita al drama más crudo y realista al que la escritora debe enfrentarse ya que todo el mundo le da la espalda y tan solo una persona confiará en ella llegando incluso a traicionarla por la codicia, el alcohol y el circulo vicioso, al que como ya dije, entró por una simple casualidad y una pérfida y viperina idea fugaz que se le pasó por la mente.

Una pobre mujer que tampoco hizo daño a nadie y simplemente jugó al juego que los más pestilentes y pudientes coleccionistas adinerados estaban dispuestos a jugar y pagar pero se le coge tanto cariño, pese a su agrio y mal carácter, que es una delicia de película.



Musicalmente hablando me quedaré con el tema final de la película que define muy bien el espíritu de la cinta y de sus protagonistas, una banda sonora con lo mejor del jazz que remata con este tema de 1972 del gran Lou Reed "Ladies Goodnight", cerrando una de las películas más redondas de este año y que terminará sacándote una sonrisa de satisfacción tras haberla visto.



NOTA PERSONAL: 8 **** NOTABLE