Un espacio reducido es el escenario escogido para representar esta tragicomedia, no griega sino más bien inglesa, en una casa con su salón, cocina y baño, estos son los lugares idóneos para encerrar en ellos a unas bestias interpretativas como las que aquí se dan cita, brillando de tal forma que no podrías decidir quién está mejorde todos ellos. Pero pasemos ahora a descubrir los méritos de este pequeño film independiente que se vuelve una locura cuando un grupo de amigos decide acudir a la cena que ofrece uno de ellos al ser nombrada Ministra de Sanidad del Gobierno, Kristin Scott Thomas (El Paciente Inglés), que no solo inhunda la pantalla con su serena belleza sino que resulta arrebatadora su refinada interpretación. Junto a ella su marido, Timothy Spall (Mr. Turner) visiblemente desmejorado nos brinda una desconcertante actuación cargada de secretos que iran apareciendo a lo largo de la velada.
A este grupo se unirán dos lesbianas que van a ser madres, Cherry Jones (Erin Brockovich, El Bosque) y Emily Mortimer (Match Point, Shutter Island) que acabaran planteándose muchas cosas en su idílica relación. Y por último un joven cocainomano, Cillian Murphy (Peaky Blinders, Dunkerque), que llega a la casa alteradisimo y con unas intenciones claras tras el descubrimiento de algo sobre ellos y cuya mujer, una misteriosa e envidiada amiga de la familia, está todavía por llegar a este reencuentro.
La directora Sally Potter (Orlando) se apoya en una cuidadisima fotografía en blanco y negro que acentúa el tono dramático de está comedia negra, con un humor muy fino y elegante que mediante unos primeros planos envidiables, rompen con esa teatralidad que podría llegar a cansar y que recuerdan a la gran obra independiente de finales de los 60 Rostros (Faces) de John Cassavetes con su esplendorosa mujer Gena Rowlands, dándole al producto una frescura brutal. También nos viene a la cabeza la olvidada obra de Polansky Carnage con 4 actores de talla encerrados en una casa y con ácidos y corrosivos diálogos. El trabajo es redondo y el clima creado absorbente e hipnotizante.
Un ultimo recordatorio hacia Patricia Clarckson que acaba de conseguir el premio a mejor secundaria en los BIFA, premios británicos independientes y que enfundada en un elegante vestido negro y una melena rubio platino destaca por encima del resto con su sensata y en ocasiones arrogante postura intenta poner cordura en este desaguisado encuentro con secretos escondidos y que casualmente recuerda muy mucho a la recién estrenada película de Alex de la Iglesia con Belén Rueda y Nestor Alteiro entre otros, Perfectos Desconocidos.
Destacar tambien la BSO que al ser tan teatral no debería casi ni existir pero esta cuidada al detalle y engarza perfectamente en los momentos de la perdida de lucidez de Spall o en las situaciones más tensas siempre una melodía en un vinilo apacigua y amansa a las bestias. Encontraremos piezas clásicas de Opera y Jazz como música cubana el Ay Candela de Ibrahim ferrer pasando por el fado portugués Verdes Anos de Carlos Paredes para terminar finalmente con un maravilloso Tango, Emancipación de Osvaldo Pugliese que cierra esta farsa. Una pequeña joya de obligado visionado.
NOTA PERSONAL: 8 **** NOTABLE
