martes, 20 de noviembre de 2018

LA BALADA DE BUSTER SCRUGGS (2018)



Los Coen no tienen termino medio, o los amas o los odias, su humor negro en la mayoría de los casos y su violencia gratuita no gustan o no se entiende, como la verborrea psicoanalista de Allen o el barroquismo gótico y melancólico de Burton, que suelen dividir al publico, pero que son sin duda unos cineastas de autor con un sello muy personal. En este caso, los Coen, para quien si disfrute de ellos, nos ofrecen grandes historias contadas bajo su punto de vista propio, aquel que todo director con personalidad tiene, sacando sus demonios interiores y sus ocultas obsesiones haciéndonos participes al espectador para convertirlo en cómplice.

Esta vez los laureados hermanos vuelven al western que ya muchas alegrías les dio con el remake de John Wyane True Grit (Valor De Ley) y como ya lo hizo Tarantino y anteriormente Eastwood, siendo un género antiguo y menospreciado, siempre da las mejores historias por el juego y la versatilidad de sus historias. En este proyecto de Netflix que en un principio iba a ser una serie ya que cuenta 6 historias cruzadas se nos presenta a modo Arizona Baby, una de sus primeras y reconocidas películas, que a mi particularmente no me gusta, pero en el que puedes ya ver el personal universo de los Coen.

Planos imposibles y humor muy negro y desternillante son sus principales bazas, presentándonos a un escuálido Buster Scruggs a lomos de su su caballo blanco, gorro y vestimenta incluidos, cantando sus hazañas con una guitarra siendo uno de los forajidos más buscados. El personaje es tan ridículo que terminarás admirándolo, en tan solo una escena de pocos minutos hay tal concentración de talento que no es posible, hasta que topará con James Franco y de ahí pasaremos a la 2ª historia con él mismo de protagonista, que también resulta de lo más surrealista y divertida siempre sin perder ese tono jocoso y negro que dura todo el film afortunadamente.
















Todas son una antología del genero brillante, quizás irregular tanto en intensidad como en duración siendo más cortas y profundas las primeras y menos lucidas y extensas hacia el final. La 3ª cuenta como un feriante exhibe a un tullido que parece ser su hijo en las ferias de los pueblos, contando versos bíblicos que van cayendo en un tremendo aburrimiento capaz de arruinar su negocio, hasta que aparece en la vida de ambos una gallina que sabe sumar. El feriante es el gran actor Liam Neeson que apenas tiene texto y está muy desaprovechado, siendo estos, sus únicos errores por lo demás es tan disfrutable que te quedas con ganas de más.


















La 4ª presenta al típico viejo buscador de oro con su inseparable mula Suerte, intentando buscar un filón tras años y años buscando y que a punto está de conseguirlo pero más sabe el perro por viejo que por diablo. Y de perro justamente va la 5ª, un insoportable perrito, Presidente Pierce, en honor al decimocuarto presidente de los EEUU, que acompaña a dos hermanos en una caravana colonizadora cuyas duras exigencias del trayecto, cólera y ataque de indios, son las principales bases de esta absurda comedia negra.

Para terminar con el ultimo, 5 viajantes de una diligencia que corre como alma que lleva el diablo en el crepúsculo del atardecer, un engreído francés, una remilgada señora y un huraño y viejo cazador son acompañados por dos extraños y misteriosos viajantes, un irlandés, Brendan Gleeason, y un americano, recreando el mito de Laoconte, siendo esta la más floja de todas y que recuerda muy mucho a la diligencia de Tarantino en Los Odiosos Ocho.

















Su Guión, no en vano, ganó el premio en el ultimo Festival de Venecia, no sería descabellado verlo en los Oscars y que incluso ganará, véase Tarantino, es de una agudeza impecable, si algo saben, aparte de dirigir, es escribir historias y en este guión se nota a cada cual más divertida en situaciones inimaginables, todo para el puro entretenimiento del espectador.

En cuanto a fotografía no han contado con su habitual, hasta en 5 ocasiones sin contar esta, y ya por fin premiado en los últimos Oscars, Roger Deakins, por Blade Runner 2029. El director de fotografía de esta es el de Amelié, El Instante más Oscuro (disponible en el blog), que ya le valió nominación el año pasado o el mismo film de los hermanos cuya fotografía al igual que el film es una joyita, Apropósito de Llewyn Davis, consiguiendo unos escenarios y parajes hiper brillantes que hasta el sol se puede palpar, y una colorista ambientación que denotan la calidad exigida en su filmografía y eso se agradece.

En cuanto a la música esta vez ficha a Carter Burwell, componiendo como ya es habitual en él unas elegantes y finas melodías que para ser un western tan tosco e hiriente como violento y socarrón, la música tan minimalista y sutil le aportan el carácter de personaje en si, convirtiendo al conjunto en una sin razón adorable.

NOTA PERSONAL: 8,5 **** NOTABLE