lunes, 9 de octubre de 2017

BLADE RUNNER 2049 (2017)

Partamos de la base que el film de Ridley Scott de 1982 es y seguirá siendo una de las Obras Maestras de la Ciencia Ficción junto con otra suya Alien, El Octavo Pasajero y 2001: Odisea en el Espacio de Kubrik, asumiendo esto, hay que decir antes de ver la cinta que era imposible, primero superarla y segundo igualarla.

Para quien no entienda mucho de Cine las películas al igual que las obras de artes se revalorizan con el tiempo o viceversa, terminan por caer en el olvido. Recordemos el caso de Van Gogh que murió en la miseria por su extravagante y rompedora manera de plasmar su arte en sus lienzos y al cabo de los años es uno de los más reconocidos pintores de la Historia del Arte.



Por esto mismo nunca la obra de Villeneuve pueda compararse con la de Scott ya que los años le han dado el lugar que le corresponde y esta otra acaba de salir del huevo. Puede impresionar pero su fama puede ser efímera o quizás no, el tiempo dirá ya que tras 35 años después la cinta de Scott sigue teniendo la misma fuerza visual y narrativa, sin perder un ápice de su originalidad tanto en lo estético como en lo técnico y su visionado es como estar admirando un lienzo de Dalí o Velázquez que por mucho que lo veas siempre parece la primera vez que lo ves, dejándote volar la imaginación y esto solo pasa en las grandes Obras Maestras, imperecederas y perpetuas.

Recordemos también que la critica en su día se mostró dividida, decepcionada y confundida ante este universo que acababan de descubrir, otro punto a favor para que una obra perdure, cosa que Blade Runner 2049 de momento han sido todo elogios producidos por la euforia del momento.




El mundo Blade Runner gótico, ciberpunk  y futurista ya lo inventó Scott y su impronta es tan densa que es difícil arañarla, Villeneuve ha querido hacer algo estético que cumple e insisto, muy alejado del original, a base de pequeños homenajes o guiños que más bien son tics y eso es de agradecer, ya que en exceso suele saturar. El universo está pero le falta sangre, le falta brío y contundencia, no en lo visual sino en la narración ya que apuesta por una dirección bastante lineal y plana, cargada de planos preciosistas que engalana la trama pero no ocultan una falta clara de ideas o quizás de ambición, provocada por el respeto que infunde esta obra 35 años después y como dicen menos es más que en algunos casos es favorable pero en otros y más en una obra de este calibre, los que nos consideramos fans de la original, se nos queda un poco desangelada.

La historia es muy básica y como digo está aderezada de pequeños guiños y subtramas que desencadenan una búsqueda, tanto del ser interior como física, de un ser perdido o desaparecido, en este caso, superior, nacido del amor y que puede resultar ser una amenaza en este mundo artificial de replicantes.




Ryan Gosling acostumbrado nos tiene ya a sus caras de palo que funcionan en anteriores películas como Drive, Cruce de Caminos o Solo Dios Perdona, incluso en La La Land la tiene, pero puede llegar a cansar a los menos fans del actor, aquí cumple con el requisito, una composición hierática, sin alteración ni emoción propias de cualquier replicante, llevándolo a un terreno más cercano a la maravilla de Spike Jonze Her, a la que recuerda bastante, sustituyendo a la sensual Scarlett Johansson por la nada despreciable actriz cubana Ana de Armas, en una relación conmovedora entre dos mundos que se tocan pero no se sienten.





Jared Letto encarna el personaje malvado que si bien es correcto, en lo que para mi es la mejor escena de todas en la búsqueda de una replicante perfecta consigue helar la sangre, pero muy, muy lejos del icónico Ruther Hauer y de uno de los mejores finales de todos los tiempos y sus palabras bajo la lluvia de la distópica Los Ángeles, ensangrentado, con una paloma entre las manos, símbolo de la paz susurra La Frase: "He visto cosas que vosotros no creeríais, atacar naves más allá de Orión".



Por otro lado tenemos a una Robin Wright que ejerce con bastante soltura y templanza como jefa de Gosling en otra de las escenas que llamaron mi atención junto a Sylvia Hoeks (La Mejor Oferta) que es el brazo ejecutor del creador Wallace, Letto, y a la que intentan parecer físicamente a la bellísima Sean Young, sin conseguirlo. Otro guño es la actriz Mackenzie Davis (Marte) muy Katy Perry y que simula a la espectacular Daryl Hannah del original.

Y ya solo nos queda el legendario Rick Deckard, Harrison Ford, que alejado físicamente de su personaje por la edad, también lo esta en la trama, aparece con cara de no saber nada y de continua sorpresa perdiendo esa inocencia y vitalidad del original, solo siendo aprovechado como engarce o broche para cerrar esta trama algo naif y descafeinada.




Toca ahora hablar del aspecto visual que tanto se está elogiando y merece una mención, si, pero no tanto como se dice ya que toda esa fuerza visual se pierde y se diluye como arena entre los dedos al no estar apoyada por una historia que atrape y vaya de la mano de lo visual. La fotografía es esencial y prodigiosa, posiblemente consiga el Oscar merecidisimo a Roger Deakins con sus 13 nominaciones al cuello desde 1994 con Cadena Perpetua hasta 2015 con Sicario del mismo Villeneuve, pero nada tiene que envidiar a la de Dunkerque en la que si la historia va en perfecta conexion con las imágenes.



Otro punto en contra en mi caso es la BSO de Hans Zimmer, en el extremo opuesto de la elegancia y dulzura ensoñadora del compositor griego Vangelis, la de Zimmer recuerda demasiado a la de Dunkerque que si bien ahí resulta atronadora, es perfecta ya que estamos en medio de un conflicto bélico de gran magnitud o incluso a la de Interstellar, resultando machacona y reiterativa, distrayendo la atención, no encajando con lo visual y creo que aquí los conflictos del director con el anterior compositor Johannsson (Sicario) son evidentes y se trasladan al conjunto. Personalmente prefiero la del islandés...

Villenueue para muchos es un visionario y un creador pero como digo está muy lejos de Scott que desde aquí quiero reivindicar su papel en todo esto y ninguno como él como creador de nuevos mundos y Obras Maestras, tan denostado últimamente y que ahí están pese a quien le pese. Destacar también los gadgets tecnológicos que emplea que son de lo más variado y lo más divertido de la cinta, un universo futurista bastante nuevo aunque haga excesivo uso de las holografías.



Villeneuve no es santo de mi devoción ni me impresionó Prisioneros ni La Llegada tan solo Enemy y Sicario, su estilo es confuso y creo que muy sobrevalorado y cada día más, no le quito merito al enfrentarse a este reto pero le faltó osadía y personalidad, se le nota encorsetado y su dirección no es del todo lo fluida que la historia requería, se limita a seguir unas pautas y no salirse del camino trazado para no recibir críticas y eso lo ha conseguido, pero emocionar desde la nostalgia, vagamente. Para mi cumple pero no entusiasma.


NOTA PERSONAL: 7,5 *** BUENA