Esta distopía (sociedad ficticia) que mezcla mujeres amish cuya estética etnoreligiosa recuerda a la excelente El Bosque o a La Letra Escarlata en plena sociedad moderna, confunde a la vez que fascina, acercandose al Hijos de los Hombres de Cuarón, del que tampoco soy gran entusiasta. Sus planteamientos son originales, una sociedad gobernada por los más ricos y poderosos cazan a las mujeres y matan a los hombres debido a la incipiente desaparición de la raza humana causados por una acusada infertilidad en las mujeres como consecuencia de la mano destructora del hombre y la excesiva polución de este siglo.
Mediante el tono de secta religiosa que adora y rinde culto al nacimiento y a la procreación, la protagonista Elisabeth Moss (Mad Mad, Inocencia Interrumpida), se encuentra retenida contra su voluntad en el clan de las criadas, vestidas de un rojo sanguino y gorro amish blanco, sirven al comandante de cada casa solo con el propósito de ser fecundadas en una puesta en escena sorprendente en cuanto al acto que mezcla poesía y metáfora al mismo tiempo. Ella es consciente de la amenaza que sufre por dicha captura y en el que escapar resulta casi imposible más bien sumisión y adaptación son las únicas armas que le quedan por jugar. Pero sus planes y destinos pueden cambiarle de la noche al día.
Su piloto al igual que el 2º episodio son ligeramente tediosos sino fuera por lo sorprendente de su planteamiento, son lineales los dos y prácticamente se complementan o prolongan. Cabía esperar mucho más para mi gusto de esta que parece ser la revelación de la temporada con sus grandes críticas recibidas, 61 a favor y tan solo una en contra, teniendo potencial pero falta explotarlo más y llevarlo al límite. La dirección de los 3 primeros es la misma con un director sin apenas experiencia dejando y los 7 siguientes a directores con apenas trayectoria más allá de la TV o el videoclip con series como Vikings, Los Borgia o Broadchurch y Outlander.
NOTA PROVISIONAL: 7,5 *** BUENA/NOTABLE
