Muy esperados son siempre los trabajos de la Streep y más por aquellos que seguimos la carrera de los Oscar con gran pasión, concretamente, por saber si entrará en las nominaciones un año más y así incrementar su leyenda, ya que bien es sabido que su nivel interpretativo esta fuera de toda duda pese que a algunos les canse verla siempre ahí, pero si lo está será por algo. Méritos los tiene en esta interpretación, especialmente al inicio quedándote maravillado con su especial gusto y transformación al recrear los personajes y este en concreto, dotandolo de una dulzura un tanto esquizoide que necesita debido a la curiosa enfermedad que padece desde los 18 años.
El problema no es de Streep, ella cumple como la prosefional que es, sin discusión, sino que es del guión ya que su personaje apenas evoluciona y mantiene una constante en todo el film que resulta cargante y desagradable en ciertos momentos y más hacia el final, perdiendo todo el encanto inicial, echando por el suelo la gran interpretación que podría haber sido esta. Su tono jocoso y de comedia le restan dramatismo a la historia y la peculiar forma de Frears dista mucho de sus anteriores biopics como lo son la perfección de The Queen, donde si sabe llevar un personaje de tal magnitura o la más conmovedora y anonima historia de Philomena que supo robarnos el corazón a todos.
La recreación de los años 40 es magnífica, cuidado todo al detalle con un gusto exquisito pero el desarrollo de la trama de la peor soprano de la historia y su increíble éxito resultan algo plano y grotesco, tan lineal que se vuelve repetitivo, no hay una progresión y dejan al film en algo menor, similar a otro biopic interpretado por Streep, Julie y Julia (2009).
Para mi lo mejor, y no es un actor que me guste especialmente, es Hugh Grant, su mejor papel y con el que si podría conseguir nominación como secundario. Su registro es tan diferente a lo que el suele hacer que sorprende, su flema británica está tan matiza y es tan exquisita que aporta al personaje un cinismo y a la vez una elegancia innata que resuelve con mucha soltura.
La replica la da muy acertádamente el actor de The Big Bang Theory, Wolowitz, que si bien es muy divertida en ocasiones cuesta quitarse al personaje a los que seguimos la serie, pero es el nexo perfecto entre Grant y Streep, cogiéndole especial cariño al que fue el pianista de la Sra. Foster. Los secundarios también aportan su granito a la gran estrella llegando a ser también un punto muy a favor, desde una aprovecha señorita de dudosa reputación, hasta la amante del propio Grant junto a los amigos o críticos de la extraña pareja, completando este cuadro variopinto y disfrutable sino fuera por el listón tan alto que ELLA suele tener.
En conclusión, la cinta tiene aciertos y fallos por igual y desencanta a la vez que fascina, en lo que parecía la gran comedia del año llevada de la mano de la grandísima actriz que es Meryl Streep y apoyada por un especialista en biopics como es Frears pero creo que se quedará en el camino de los Globos de Oro y no avance más allá debido a la alta competencia que parece haber este año.
Si Philomena no hubiera sido tan buena y nos dejó con el alma en un puño, quizás la cinta resultaría un poco mejor pero habiendo firmado obras de tal calibre al Sr. Stephen Frears yo le exijo mucho más porque se que lo puede dar y con esta no lo consigue. ¿Recomendable? Si, pero no supera los parámetros competibles necesarios.
Despedimos pues a la chirriante Sra. Florence Foster con la maravillosa y ensoñadora música de un artesano como es Alexandre Desplat que recrea el Hollywood Dorado con sus melodías dotando al producto de contenido, llenando muchos vacíos existentes. Para mi otra de las nominaciones casi seguras.
NOTA PERSONAL: 6 *** INTERESANTE
