martes, 22 de enero de 2019

EL VICIO DEL PODER (2018)


Pues finalmente entró entre las mejores del año como decían todas las quinielas, la nueva película del director de La Gran Apuesta que también irrumpió en 2015 con esta cinta que desmontaba toda la crisis económica del 2008 a modo de mofa y sátira tan americanizada que daba pereza y agotaba hasta el más paciente.

Vice es un calco, estructuralmente hablando, de esta misma, las únicas diferencias es que pasa de tratar términos económicos a tema políticos, empleando el sarcasmo como arma narrativa como lo hizo con la otra, saliendole mejor esta, ya que tiene ciertos toques y escenas divertidas pero otras demasiado manipuladas a su antojo y distorsionadas, muy al estilo del documentalista Michael Moore que se convirtió en el azote de Bush Jr. durante su mandato, pues ahora este lo mismo pero en cineasta. Las cosas que cuentan son interesantes pero las ridiculizan tanto que nadie se las puede tomar muy en serio, llegando a agotar.




Es normal que triunfe este tipo de cine allá entre los actores y la industria porque va dirigida integramente a un público americano y no solo eso al que reside allá ya que muchas de las cosas se nos escapan o nos resultan tan lejanas que es imposible empatizar más allá del reconocimiento facial de los actores con sus personajes reales.

Y en eso, es su único acierto, los actores que están los 3 estupendos, bueno 4, aunque solo 3 acaban de conseguir nominaciones merecidas a los Oscar. Empezando por Christian Bale perfectamente caracterizado incluso a veces irreconocible bajo tanto látex restándole credibilidad, nos da una de sus mejores interpretaciones, pícara y desinhivida en algunas escenas y serena y concienzuda en otras, pasando por las diferentes décadas del personaje en cuestión, que no es otro que el vicepresidente de los EEUU, Dick Cheney, principal responsable de la guerra de Irak, bajo el mandato de George W. Bush, interpretado este de manera magistral por el reciente ganador del Oscar al mejor secundario, repitiendo nominación, Sam Rockwell (Tres Anuncios en las Afueras), recreando a un perfecto Bush que parece el mismo, admirable y merecida su nominación en detrimento de Timothée Chalamet que se ha quedado fuera por Beautiful Boy, que junto a Steve Carrell, que también aparece en la cinta como Donald Rumsfield, hacia de un hijo enganchado a la metadona.




Por último la gran y eterna favorita Amy Adams que podría estar a un paso de conseguir su primer y ansiado Oscar si Regina King se lo permite, por interpretar a la conservadora y fiel esposa del vicepresidente, Lynnie, incisiva y dulce cuando lo requiere y comprensiva y dura cuando las situaciones se le desbordan, haciendo uno de sus mejores papeles de su carrera por lo versátil del mismo. Solo en el tema actoral es donde gana la cinta.

El personaje de este controvertido político que parecía un santo pero tampoco tan demonio como se pinta, es muy jugoso y también es donde la cinta acierta, en ver su verdadera personalidad que junto la variopinta interpretación de Bale vemos las contradicciones de dicho personaje que tuvo que lidiar siempre en la sombra con grandes problemas sin levantar casi la voz y sin que apenas se notará, siendo su labor la más dura de todas, ya que era sabido que era él el que gobernaba y no Bush ya que era imposible que alguien como Bush pensará desde una forma coherente y fuera un hombre de Estado, hasta los problemas familiares e incluso personales, desde la homosexualidad de su hija, tema tabú republicano, hasta su transplante de corazón, tornándose ahí la cinta más humana y gana enteros pero vuelve al punto de partida e insiste demasiado en hacernos creer una realidad que si bien no fue fingida si está muy disfrazada, creo yo.




Del resto, pues otro tostón, tener que aguantar un bombardeo de imágenes reales a toda velocidad combinadas con ficción que en ocasiones parece hasta original pero llega a cansar visual y mentalmente tanta información, su estilo es muy marcado, demasiado, y eso a los americanos les gusta y más si atacan a la actual administración que sin estar presente el actual presidente de los EEUU es un dardo directo a dicha administración republicana. La cinta ha conseguido 8 nominaciones entre ellas la de dirección y guión y montaje, brillante la carrera de esta cinta pero como digo es para americanos no para el resto que disfrutamos del cine, cine.




Para olvidarnos un poco del rotundo éxito de la cinta, a mi pesar en desmerecimiento de otras que prefería que estuvieran, pondré un clásico del musical que si ganó Oscars cuando los Oscars eran los Oscars en 1961 West Side Story y que es utilizado de manera despectiva pero que es siempre una emoción oírlo y es el tema del gran compositor Leonard Bernstein "America" y con su trailer. Disfruten si pueden.



NOTA PERSONAL: 5,5 ** PASABLE