sábado, 29 de diciembre de 2018

MALOS TIEMPOS EN EL ROYALE (2018)


No hay mejor manera de terminar el año con una explosión de colorido desatado con canciones de siempre de fondo, unos buenos actores en estado de gracia y una decoración retro apabullante en pantalla que ofrece este entretenimiento llamado Hotel Royale, donde se dan cita a modo novela de Agatha Christie, un sin fin de personajes a cada cual más variopinto, donde se inscribirán en un libro de huéspedes y escogiendo habitación, siendo la intriga y curiosidad la primera de sus cartas. A partir de ahí, se ira desarrollando el engranaje de esta maquinaria para terminar siendo un puro entretenimiento de 2 horas y media, en el que nunca decae ni la intensidad, ni la trama ni los actores.

De los actores, empezaremos por el más veterano, Jeff Bridges, colosal como ratero entrado en años bajo la apariencia de un cura sereno y calmado, cuya historia conoceremos cuando le llegue su momento, seguiremos con la elegancia de Jon Hamm (Mad Men), un apuesto y en principio avispado agente en cubierto que quiere comerse el mundo con su aduladora personalidad pero que será el primero en probar la mala baba de El Royale. Luego llegará una negrita, tímida, a modo de cantante estilo Ronettes que harta de no poder brillar con su potentísima y acaramelada voz, , interpretada por Cynthia Erivo (Viudas) y que no sabemos el porqué acaba alojándose en este sensacional Hotel en el Lago Tahoe, justo entre los estados de California y Nevada, dándoles a elegir donde quieren alojarse si en uno u otro estado.



Por último llega, una mejor que nunca, hija de Melanie Griffith y Don Johnson, Dakota, que sin ver Suspiria, este es su mejor papel hasta la fecha, demostrando tener sangre y madera de artistas como su madre y su legendaria abuela Tippi Hedren (Los Pájaros), dando vida a una implacable, agria y dura mujer cuyo pasado oculta más de un secreto y que también conoceremos en el transcurso de la historia. 

Al Hotel, a parte de su recepcionista, sabedor de los secretos del Royale y cuya participación será clave en la resolución final, un joven debutante Lewis Pullman, muy cercano al personaje Pee-wee, hay un cameo del director canadiense Xavier Dolan, que yo no conseguí ver ni saber quien era hasta el final en los títulos de crédito, para por último recibir al único huésped no invitado, Chris Hemsword, desatado y suelto psicópata capta adolescentes que pondrá patas arriba el Royale con su divertida sensualidad y sangre fría, poniendo el toque negro a esta comedia/drama. Mención especial a su bailecito, marcándose un Oscar Isaac de Ex Machina o Ben Mendelsohn en la ópera prima del también actor Ryan Gosling, Lost River.



Sobre la dirección, impecable puesta en escena con esos decorados tan americanos que no se les escapa ningún detalle y cuyo sello hacen recordar un pelín a Tarantino sin ser lo excesivo de este, dando una vuelta de tuerca a una historia sencilla que va ganando con el paso de los minutos y que si bien es cierto posee algún vacío de guión, la manera de contarlo y meterte dentro del film y los personajes hace que te olvides en cierta forma por esa manera de embaucarte.

Su director Drew Goddard, nada que ver con el director francés Godard, es un director novel que sorprendió a muchos, no tanto a mi, con su Cabin in the Woods, donde ya su exceso ya era patente y que luego participó en la serie de Netflix sobre el superhéroe de Marvel, Daredevil, defendiendo su producto con una personalidad marcada y con ciertos toques y referentes de otros directores que ayudan a engullir este tipo de films por su particularismo visual y su enrevesada trama, resultando ser placenteramente divertida.



Para terminar, la BSO, un lujazo de temas a cada cual más pintoresco y especial, de The Isley Brothers y su This Old Heart of Mine, la melodía desencadenada tan cinematográfica de los Righteous Brothers, The Crystals, The Four Tops, The Mamas and the Papas, The Box Tops con The Letter, Frankie Valli y su Cant Take my Eyes Off You, para rematar la partitura original un ingenioso y divertido Michael Giacchino (UP) que le aporta un toque canalla y sofisticado a la cinta, perfecta elección de temas y compositor, junto a la fotografía y la dirección artística los puntos a favor que suman, quizás faltándole la excelencia por lo frágil del guión.

Os voy a dejar con la menos conocida para mi que es una delicia de canción muy años 50 y ese estilo propio Doo-Woop tan marcado en toda la cinta y con el interesante trailer.



NOTA PERSONAL: 7,5 *** BUENA