lunes, 20 de agosto de 2018

HANNAH (2018)


Qué Charlotte Rampling fue y es una actriz portentosa nadie lo duda ya a estas alturas, desde sus inicios como icono erótico con su Portero de Noche en los 70, cautivando por su exquisita belleza ante la cámara y ya con los años y las arrugas en su bello rostro conseguiría en su primera y única nominación con 45 Años, sin olvidar otros grandes trabajos como Swimming Pool y Bajo la Arena del francés Ozon que la acercaron a tal reconocimiento, aunque fuese infructuoso, sin olvidarnos del terreno de la televisión destacando en series como Broadchurch o London Spy, que recomiendo desde aquí, siendo una todo terreno, calificativo que siempre llevaba consigo Meryl Streep.




Pues bien, a día de hoy, Charlotte Rampling con esta actuación llega a superar a todas las actrices vivas del momento, su registro está por encima de lo que es una actuación o un personaje, es de otro mundo lo que llega a ofrecernos esta actriz que como bien dice una persona cercana a mi y gran aficionado al cine como yo, CHARLOTTE RAMPLING es un género en si misma, su honestidad y su desnudez, tanto física como intelectual, la hacen digna merecedora de tal adjetivo.

Su personaje no esbozará mas de 100 palabras, siendo los silencios y sus caras el propio guión, en ella veremos reflejados la desaparición, angustia y sufrimiento que le infringen a esta mujer de avanzada edad que ve como su marido por causas, que deberemos ir descubriendo a través de ella, entra en prisión por lo que parece ser un escabroso tema. No solo sufre en silencio la soledad de la manera más digna y elegante posible sino también sufrirá el escarnio público de la sociedad ante tal hecho y el familiar, el que más duele, devastándola sin apenas despeinarse, una regia señora que aguanta el tipo ante la vida que se le viene encima.




Hacia tiempo que una película con una escena no me sobresaltaba tanto, dándome un vuelco el corazón ante una de las escenas más duras de la cinta, ya que una madre siempre es un madre, y ella cumple a la perfección ese rol de madre y esposa abnegada que por errores de otros esta pagando ella, no es justo el trato que recibe. Y no solo tendrá que aguantar estos desprecios sino que poco a poco y por circunstancias ajenas irá componiendo un puzzle que acabará por confirmar los hechos no citados pero implícitos, asumiendo esa fuerte carga que supondrá para ella.

Todos esos sentimientos de rabia, frustración, asfixia, desesperación, sufrimiento e impotencia los iremos viendo escritos en ese rostro embellecido por los años de esta enorme actriz que como he dicho no tiene limites en esta actuación, superando todo lo visto hasta ahora, que no es poco, no en vano ganaría la Copa Volpi en el prestigioso Festival de Venecia, a expensas de que pueda ser nominada este año en los Oscar, pudiendo recibir tal reconocimiento como colofón de su extensa y fructífera carrera, siempre alejada de los parámetros hollywoodienses, seria todo un lujo.




Pues como digo, su sutileza en su rostro verá reflejada todas estas situaciones que irán sobrepasándola, todo ello sin alterarse lo más mínimo, guardando la compostura que solo su elegante silueta puede soportar, capaz de desnudar su alma y su cuerpo a estas edades, dejándonos uno de los desnudos más bellos y exquisitos en el cine como ya lo hiciera de joven con aquella icónica y cinematográfica imagen de Portero de Noche que todos tenemos en mente, para quitarse el sombrero.

La cinta es ELLA sin lugar a dudas, absorbe tanto al espectador que te llega a hipnotizar y sus apenas 90 min. de duración son tan escasos que cuando acabas de verla quedas en paz, con la sensación de haber visto algo tan grande que no sabrás si podrás ver algo igual, una cinta que encierra tanto y tan duro en un frágil y hermoso recipiente que es la señora Charlotte Rampling.




La dirección del italiano Andrea Pallaoro ayuda pero es ella la que lleva las riendas y dirige con su mirada entristecida y caída, con el esbozo de una media sonrisa y con el sereno rostro de la impotencia impasible ante tanta agonía, que viendo a una ballena muerta varada en la playa sabes el sufrimiento que esta sintiendo solo con su rostro, haciendo participe al espectador de una manera tan natural que te traspasa, tan limpia y transparente se nos muestra que parece imposible que sea una actriz la que haga esto, imposible catalogarla, de ahí que pase a la categoría de género propiamente dicho, mas que una institución. Por muchos años más SEÑORA RAMPLING!!!



Estaría horas y horas hablando de lo que hace sentir esta monstrua pero mejor véanla porque en un lujazo tan solo verla respirar, el plano lo aguanta hasta el extremo y la cámara la ama tanto que se mimetiza con ella y traspasa todo limite hasta llegar a ti. No es de este mundo señora y como indica el nombre de su personaje y a la vez da título al film con ese palíndromo, que se lee igual adelante que atrás, Hannah es redonda, no importa por donde la mires, lo que le pase y lo que siente, es la perfección hecha mujer, estratosférica. Con ella les dejo...


NOTA PERSONAL: 9 **** EXCELENTE